El día era bello, si lo era. Kurosaki Isshin observaba como su hijo regresaba a casa de la escuela acompañado de su nueva hija, Kuchiki Rukia. No, a sus ojos eran tremendamente TAN obvios que se reía de ambos, aunque los quería, sin dudarlo ni un segundo. Desde ese día estaba seguro, desde el día en que su hijo trajo a la morena por primera vez a su casa, aunque ya se lo sospechaba desde siempre, desde que se percato de que su hijo era un shinigami sustituto. Sin embargo, quería que el mismo se diera cuenta de sus propios sentimientos, pero era terriblemente despistado y lento en esas cosas y tendría que ayudarlo al fin y al cabo.
Ambos jóvenes entraron en la casa sin dirigirse ni una sola mirada. Kurosaki mayor se dio cuenta entonces que habían peleado de nuevo. Suspiro sin que los dos le vieran siquiera. Entro en su recamara que antes compartía con su ahora difunta esposa, aun se percibía un poco de su energía espiritual y el delicioso aroma a cerezos que despedía por doquiera. Rebusco entre sus cosas de medicina y encontró lo que buscaba. Una pequeña caja que contenía lo que, es probable, haría entender a su hijo su propio corazón, aunque ya se olía que ese día tendría un par de golpes que aumentar a su lista. Suspiro de nuevo.
-¡¡IIIIIIIIIIIICHIIIIIIIIIIIIIGOOOOOOOOO!!-Isshin se le lanzo en sima para saludarlo.
-Hola, viejo.-Contesto el joven justo después de que lo mandó a volar con un derechazo bien dado.-¿Dónde están Yuzu y Karin?-
-¡¡MASAKIIIII!! ¿¡VES COMO ME TRATA NUESTRO HIJO!?-Isshin sabia que su esposa se estaría carcajeando del otro lado.
-Por Dios…-Ichigo empezó a caminar escaleras arriba.
-¡¡STOP!!-Dijo Isshin haciendo que su hijo perdiera el equilibrio y cayera escaleras a bajo.
Rukia le paso por en sima, por si fuera poco, y logro subir las escaleras después de saludar con su vocecita estupida a su nuevo padre. La chica se encerró en la recamara que compartía con las mellizas Kurosaki. Así pues, Ichigo se puso de pie dispuesto a golpear como debía a su padre, pero este se le adelanto y lo noqueo dejándolo tirado en el suelo….
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Para cuando Kurosaki Ichigo despertó, ya habían llegado a casa Kurosaki Karin y Kurosaki Yuzu, por lo tanto, su padre tubo que llevárselo a su consultorio, donde tendrían una platica de hombre a hombre.
Ichigo estaba mas que furioso mientras miraba a su padre con cara de pocos amigos y este estaba lo mas serio que Ichigo lo había visto en TODA su vida que se estaba yendo mucho a la mierda en esos momentos. Isshin le miro atento antes de empezar con su conversación de machos.
-Hijo…-
-Viejo, me estas desesperando.-
-¡Déjame terminar una oración, por Dios!-Isshin carraspeo un poco antes de continuar.-Bueno, como decía… Hijo, te estas convirtiendo en todo un hombre y no puedo estar mas orgulloso.-Ichigo golpeo su frente con la palma de su mano al escuchar tremenda idiotez.-¡Tómatelo enserio!-
-¡Es que aunque estés así, a ti por nada se te puede tomar en serio!-Dijo sin mas, siendo MUY sincero con su padre.
-¡Calla!-Isshin volvió a carraspear para continuar con su habladuría sobre la madures.
En fin, el hombre se paso como mínimo una media hora hablando sobre las responsabilidades que conlleva ser un hombre maduro y los peligros que representaban algunas cosas en esta edad. Ichigo ni siquiera le ponía atención, estaba mas ocupado pensando que en que le haría a Rukia para hacerle entender que cundo se molesto en la escuela no fue culpa de ella si no de sus celos gracias a que Keigo se le acercaba demasiado y ella no hacia nada. ¿Celos? No, no eso estaba mal. ¿Por qué sentiría celos por una enana marimandona como ella?
-¡Oye, Ichigo! ¿¡Me estas escuchando!?-Reclamo su padre.
-¿Qué?-Definitivamente la respuesta era no.
-Hay, joder… ¿Qué pecado ando pagando, Dios?-
-¿Y te atreves a preguntar, viejo?-
-¿Dijiste algo a tu adorado padre, hijo mío?-
-No, para nada…-Ichigo se andaba durmiendo.-¿Y después…?-
-Bueno, al final concluí que ya es momento de darte esto.-
Isshin saco una caja de nada, según Ichigo. El joven la tomo con desconfianza imaginándose levemente que seria después de esa charla tan motivadora y trago saliva de tan solo imaginarse aquello. La piel se le erizo al momento en que destapo la caja y por fin podría ver de qué se trataba. Oh, sorpresa. Ichigo le aventó en la cara la caja a su padre.
-¡ESTAS COMPLETAMENTE LOCO, VIEJO!-
-¡¡YA ES HORA DE QUE UTILICES CONDONES ICHIGO!!-Dijo en defensa.-¿Qué tal si llegas a embarazar a Rukia-chan antes de tiempo? ¿Qué van a decir sus padres?-
Ichigo tembló al recordar a cierto noble y trago saliva. El silencio reino en la habitación… Tres segundo después, Ichigo salio del consultorio con una caja de condones entre su mochila…
-End-
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