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jueves, mayo 03, 2012

El regalo

Desde que vivía en la casa de los Kurosaki, Rukia le había cogido gusto a cocinar. Realmente, nunca antes lo había hecho, ya que en Rukongai no tenía ni alimentos que preparar ni utensilios para hacerlo, y en la mansión Kuchiki había una gran cantidad de sirvientes que se ocupaban de ese tipo de tareas. Pero, como no le parecía bien que Yuzu lo hiciese todo, le había pedido a la pequeña de los Kurosaki que le enseñase a cocinar. Y la verdad es que la shinigami había demostrado tener bastante habilidad en el asunto. Así que, en días como aquél, en los que estaban los dos solos en casa, Ichigo dejaba que ella se ocupara de la alimentación.
La mirada del chico, sentado en una banqueta de la cocina, iba alternándose entre la espalda de la chica, ocupada en cocer algo de arroz, y el anillo que sostenía en sus propias manos. Era de oro blanco, con un gran brillante engarzado en el centro, y se lo había entregado su padre hacía una semana, hablándole en serio por primera vez desde la muerte de la madre del joven.
"Ya tienes casi 21 años" le había dicho "Tú sabrás qué hacer con él"
Sí, dentro de poco cumpliría los 21… Hacía seis años que había conocido a Rukia. Algo más de cinco desde que se habían convertido en pareja. Dos y medio desde que ella había comenzado a vivir en la casa de forma permanente.
"Ya tienes casi 21 años"
El próximo marzo acabaría la carrera y, con sus notas, no le resultaría difícil encontrar un buen trabajo. De hecho, ya trabajaba a media jornada, y ganaba lo suficiente como para pagar el alquiler de un apartamento pequeño, sobre todo si lo compartía con alguien. Y Rukia también trabajaba…
"Rukia" su garganta estaba seca. Carraspeó.
"¿Hmm?"
"¿Te gusta… mi familia¿Te gusta vivir aquí?"
Ella se dio la vuelta y le miró inquisitivamente.
"Pues claro que me gusta vivir aquí, si no ya me habría vuelto a Soul Society" dijo "Y tu familia siempre me ha caído bien. Aunque tu padre es un poco rarito"
"¿Te gustaría formar parte de la familia?" preguntó él atropelladamente, y sin saber muy bien por qué. "Quiero decir, oficialmente"
"Ichigo¿De qué estás hablando?" cuestionó ella, un poco perdida.
El joven se levantó, cerrando la mano en la que tenía el anillo. Durante un momento que a él se le hizo eterno, intentó encontrar las palabras adecuadas para decir lo que quería decir sin sonar demasiado típico, o demasiado imbécil. Desgraciadamente, su mente no le hizo tal favor, así que acabó oyéndose decir un simple "Te lo regalo" mientras depositaba el anillo en la palma de la mano femenina. "¿Te lo regalo?" se repitió mentalmente "Joder, es lo más patético que podría haber dicho"
"¡Qué bonito!" exclamó ella, contemplando la joya felizmente, al parecer sin enterarse de nada de lo que estaba pasando. Me parece oportuno aclarar que en Soul Society la gente no se regala anillos de compromiso, por lo que Rukia no tenía ni idea del simbolismo oculto de aquél pequeño objeto.
"Era de mi madre" señaló él. Desde el principio de la conversación su tono de voz era grave, serio, algo diferente al tono despreocupado que solía emplear.
"No puedo aceptarlo" dijo automáticamente ella, dejando de sonreír y devolviendo el anillo a la mano de Ichigo "si perteneció a tu madre, entonces debería heredarlo una de tus hermanas, yo no…"
"Escucha, Rukia" interrumpió él "Escucha" repitió al notar que ella iba a protestar, y esta vez le puso una mano sobre los labios "Este anillo se lo regaló mi padre a mi madre para pedirle que se casase con él. Así que yo te lo doy a ti"
Rukia miró al chico con la expresión más perpleja que pudo encontrar. Y parpadeó. Dos veces. Después miró al anillo, y de nuevo a Ichigo. Y otra vez al anillo. Y otra vez a Ichigo. Parecía haberse quedado sin palabras, pues su mente estaba demasiado ocupada en asimilar lo que estaba pasando.
"I- Ichigo" consiguió balbucear finalmente.
"Sí, ese soy yo" contestó él, esbozando una sonrisa pícara "¿Quieres casarte conmigo?"
"Por fin" pensó él.
"Por fin" pensó ella, y le sorprendió ese pensamiento. Y lo que contestó fue un resuelto:
"No lo siento" acompañado de una sonrisa. Después se volvió hacia lo que estaba cocinando, y añadió "No creo en el matrimonio"
Ahora era el turno de Ichigo de quedarse perplejo.
"¿Qué?" por un momento, pensó que corazón había dejado de latir.
"Pues sí, hace muchos años me juré a mi misma que no me casaría, y lo voy a mantener. No es nada personal" Giró la cabeza muy ligeramente para ver la expresión de Ichigo, que tenía una cara de completo idiota en ese momento. Sin embargo, logró recomponerse bastante bien.
"Bueno, si eso es lo que piensas, me parece bien" dijo, después de carraspear, intentando darle un tono despreocupado.
Y, entonces, Rukia estalló en carcajadas. Carcajadas muy sonoras, que provocaron que Ichigo se sonrojase a una velocidad extrema.
"¡Joder, encima no te rías de mi, imbécil!" exclamó, sintiendo una mezcla de enfado, mala uva, decepción y vete tú a saber que más.
"Perdona" se disculpó ella, dejando de reírse y esbozando una dulce sonrisa "Era broma, idiota" le rodeó el cuello con sus brazos y, poniéndose de puntillas, le besó. "Claro que me casaré contigo"
"¿En serio?" "Joder, esta mujer me va a matar a disgustos"
"Sip. Pero tú te encargas de decírselo a mi hermano y a Renji"
"Mierda"

1 comentario:

  1. me dio risa la ultima parte esta muy linda porfa sigue sacando mas siiiiiiiii XD

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